APERTURA DEL AÑO JUBILAR

El pasado sábado, 17 de febrero, comenzaba el año jubilar Nazareno. Priego estaba engalanado para la ocasión. Las arterias principales de la ciudad de la subbética se encuentran adornadas con unas preciosas galas que anuncian a todos los que lleguen a Priego de Córdoba, que están viviendo un año especial, un año jubilar en honor al Nazareno, o dicho de otra manera, que Priego es Nazareno.

Y así lo demostraron el pasado sábado. Una hora antes de la llegada del Sr Obispo. El compás de S. Francisco se encontraba abarrotado. Una gran multitud de prienguenses venidos de distintos lugares de la geografía española, esperaban que se abriera las puertas de S. Francisco para llenar las naves del antiguo convento franciscano. Mientras en los alrededores de la Ermita patronal, se iba agolpando la gente, para contemplar el comienzo de la procesión litúrgica hasta el templo jubilar.

A las ocho menos cuarto de la tarde, las campanas de la Aurora, anunciaban la llegada del Obispo de nuestra diócesis, D. Demetrio Fernández González, que en nombre del Santo Padre, el Papa Francisco, tendría el honor de la abrir las puertas del nuevo templo jubilar. Recibido por el párroco y consiliario de la hermandad, entraba al templo de la Aurora donde lo esperaban la junta de gobierno de la Cofradía y Hermandad de Ntro. Padre Jesús Nazareno, los miembros del consejo parroquial de la Asunción, las hermandades que tienen su sede en S. Francisco y el orden tercero seglar. A dicha representación del pueblo de Dios, se unía las distintas congregaciones religiosas presentes en Priego de Córdoba y un buen número de sacerdotes, que ejercen su ministerio en Priego y su comarca, como otros sacerdotes hijos del pueblo y párrocos eméritos.

Después de saludar a todos, el Sr. Obispo entraba en la sacristía para revestirse y dar comienzo a la ceremonia. Revestido de capa pluvial, mitra y báculo, símbolos de Padre y Pastor de nuestra diócesis, se dirigió a la sede para dar comienzo a la Statio. En esta ocasión, la mitra que era impresionante, tenía un significado especial. Dicha mitra era del hijo de Priego, D. Felix Romero Mengibar, sacerdote hijo del pueblo que fue Obispo de Jaén y Arzobispo de Valladolid, y que D. Demetrio quiso usar como señal de sucesión apostólica y en honor al Obispo hijo del pueblo.

En este primer momento litúrgico, el Sr. Obispo motivaba a todos los presentes a comenzar el camino, a peregrinar hacía el templo jubilar invocando la asistencia del Espíritu Santo y la intercesión de la Virgen María y todos los santos. Así daba comienzo la procesión, encabezada por el Santísimo Cristo de Ánimas, conocido en Priego de Córdoba porque era ante quien rezaba S. Juan de Ávila. Le seguía la representación del pueblo de Dios, los religiosos, los sacerdotes y concluía la procesión el Obispo de la Diócesis. Durante la procesión, la Schola Cantorum Egabrense iba entonando la letanía de los santos. Una procesión sobria pero a la vez cargada de simbolismo, ya que se le pedía a todos los santos que intercedieran ante Dios por todos los peregrinos de este año jubilar.

La procesión se acercaba a las puertas del templo jubilar engalanado para la ocasión. La multitud se agolpaba en la puerta,  el templo se había quedado pequeño. Ante las puertas del S. Francisco llegaba el momento más emblemático del comienzo del año jubilar, quedaba unos segundos para que se abrieran las puertas de S. Francisco. Y después de la aclamación: “Que se abran las puerta de la justicia…”, el Obispo se acercó a las puertas y empujó, abriéndose de par en par las puertas de la misericordia. Un momento único, histórico e inolvidable. El Obispo permaneció en oración unos momentos, mientras el templo de S. Francisco se llenaba de luz y las campanas anunciaban a todo el pueblo de Priego, que ya había comenzado el año jubilar nazareno. La imagen desde la puerta era impresionante, desde el altar mayor, bellísimamente adornado, nos contemplaba la impresionante imagen de Ntro. Padre Jesús Nazareno, María Stma. de los Dolores Nazarena y S. Juan Evangelista. Un templo abarrotado, que no había espacio ni para poder entrar. La procesión con los sacerdotes y el Sr. Obispo se dirigieron a la primera capilla para que, mientras entraban los que venían en la procesión, D. Demetrio pudiera revestirse con la casulla para presidir la Santa Misa. La multitud era tal, que hacía difícil que los sacerdotes y el Sr. Obispo llegaran al presbiterio.

En los primeros bancos, las autoridades civiles, judiciales y militares, encabezadas por el alcalde y la mayoría de los miembros de la corporación municipal, que esperaban el comienzo de la Eucaristía.

Llegado el Sr. Obispo a las benditas plantas de Ntro. Padre Jesús Nazareno se iniciaba la celebración incensando el altar y a nuestro Sagrados Titulares. Sentado desde la sede, D. Demetrio pedía que se leyera el decreto del Papa concediendo el Año Jubilar Nazareno. Y así el párroco dio lectura al decreto y a las condiciones para lucrar la indulgencia plenaria. Leído el decreto, continuaba la primera Eucaristía jubilar.

En la homilía, D. Demetrio, recordaba cómo se fueron dando los pasos para la concepción de este año de gracia, y como apoyó dicha petición, ya que desde sus primeras visitas a Priego, descubrió como “mover al nazareno, es mover a todo el pueblo. Y así, esta tarde, lo estáis demostrando”. Con palabras sencillas y muy cercanas, el Obispo de la diócesis cordobesa reconocía como Priego es nazareno, y como tener esta bendita imagen como centro de la devoción popular, es una gran oportunidad para acercarse y contemplar el  rostro de Dios y así poner a Dios en el centro de la vida del hombre. Animó a la hermandad y a todo el pueblo a lucrar las gracias del año jubilar y a recibir a todos aquellos peregrinos que vengan hasta su benditas plantas.

Al término de la multitudinaria Eucaristía, el hermano mayor daba las gracias a Ntro. Padre Jesús Nazareno por todas las gracias concedidas en estos 425 años y le pedía que siguiera bendiciendo a todos los prieguenses, concluyendo su intervención pidiendo a todos que se incorporaran y que rezaran por primera vez, la oración jubilar preparada para la ocasión. Concluyó la ceremonia impartiendo la bendición el Pastor de la Diócesis, que agradecía la acogida, la preparación y la preciosa celebración. “Será la primera, de muchas veces, que peregrinaremos hasta Priego de Córdoba”. Después hubo momentos para las fotos de familia y para que tanto la autoridades como el pueblo de Dios pudiera saludar al Señor Obispo.

Sin duda, una jornada preciosa, emotiva e histórica para todos los nazarenos, para todos los hijos de Priego. Todo acaba de comenzar, os invitamos a peregrinar hasta Priego de Córdoba, descubrir la belleza de nuestro pueblo y sobre todo, contemplar el rostro misericordioso de Ntro. Padre Jesús Nazareno.

Fotografías: Mariló Vigo Medina