Desde que en 1995 se pusieran en marcha en nuestra ciudad los Cursos sobre El Franciscanismo en Andalucía, propiciados por la Asociación Hispánica de Estudios Franciscanos, han sido 22 las ediciones consecutivas celebradas en ella –casi todas-, fruto de las cuales ha sido la publicación de una veintena de libros, con casi un millar de colaboraciones. Nació este proyecto con vocación cultural, para articular y vehicular la investigación científica, trascendiendo hoy día el ámbito local para convertirse en un referente nacional e internacional con proyección ya hacia América y Extremo Oriente, incluidas las Islas Filipinas.

El nombre y la marca Priego van unidos a este programa, siendo su objetivo continuar en la misma línea, con idéntica finalidad, que no es otra sino la de profundizar en una parcela deficientemente explorada, y cuyo mensaje pretende promover el diálogo de la fe en un mundo que ha relegado gran parte de los valores espirituales y trascendentes de la civilización occidental.

En la presente edición se ofrece un nutrido programa que cuenta con el apoyo y solidaridad de la Real y Pontificia Cofradía y Hermandad Sacramental de Nuestro Padre Jesús Nazareno, ampliado al ámbito iberoamericano (Portugal y Brasil incluidos), cuyo acervo histórico y documental enriquece el del solar patrio, y cuyo resultado incrementará las relaciones entre España y Portugal, y sus históricos dominios americanos y orientales, tan próximos y tan distantes, por culpa de una política tan desacertada como malentendida.

Han sido casi una decena los Congresos celebrados con anterioridad en otras poblaciones en torno a las cofradías nazarenas (Córdoba, Pozoblanco, Puente Genil, Cartagena, León, Zaragoza, Ávila etc.). Pero este de Priego de 2018 conlleva el estudio de la devoción portuguesa a Nosso Senhor dos Passos, que es el equivalente. Más de medio centenar de estudiosos se dan cita en esta memorable ocasión, enalteciendo el Año Jubilar concedido a la hermandad prieguense con motivo de cumplirse su 425 aniversario fundacional.

Abrigamos la esperanza de que nuestro Congreso cubra sus objetivos y constituya un referente para quienes opten por continuar haciendo “camino nazareno”.